sábado, 17 de marzo de 2007

La tragedia de ser un fan (1a. parte)

"They don't even know what it is to be a fan.
Y'know? To truly love some silly little piece of music, or some band, so much
that it hurts!"
Ésta y muchas otras frases hicieron a “Almost Famous” una de las películas más famosas de los últimos tiempos y sin duda, una cinta con las que muchos nos pudimos identificar, aunque no necesariamente seamos grupies o como diría Penny “Fan Aids”.

Fan, fanático, adorador musical, groupie, geek, ¿nerd? Numerosas son las palabras para describir a aquellos que compran discos como maniacos, van a conciertos más veces que a la Iglesia e incluso a los más obsesionados, quienes coleccionan lo que el artista quiera venderles y son capaces de esperar días en una fila y pagar cantidades estratosféricas para adquirir un souvenir, la edición especial, el DVD.

Para muchos, entre los cuales se encuentran papás, amigos “más inteligentes” o simplemente gente menos apasionada, esto puede ser sólo una etapa de la adolescencia, una payasada o parte de la inmadurez del fan en cuestión. Y sí, visto racionalmente puede ser un poco estúpido pero para muchos de nosotros, cosas como conocer al artista son parte del adorar su música.

Conocer al artista, músico, cantante, llámele como quiera, puede ser una experiencia buena o mala, catastrófica o hilarante. Hay gente que puede pasar días afuera de un hotel, horas afuera del recinto en donde se llevará a cabo el concierto, esperando para conseguir el autógrafo del susodicho estrella, algo que para muchos es una simple y soberana estupidez.

Yo lo creo un poco tonto, aunque claro, ello no me impidió desear el autógrafo de 3 personas a quienes de verdad admiro, no muchos más. De quedarme afuera de un hotel o recinto a esperar a alguien, ni hablar. Soy harto penosa y no podría soportar las tontas miradas de “ya vino este a molestar” con que te adornan los “amigos” “invitados VIP”, managers, gente de la disquera y guaruras que siempre acompañan al famoso en cuestión.

Todo esto viene a colación porque hace unos días tuve la oportunidad de apreciar las variadas e interesantes aventuras en las que se puede convertir el conocer a tu artista o músico favorito. No sólo fue conocer a “mi” grupo favorito, lo cual afortunadamente (y por razones obvias para mí pero que tendré que omitir en esta ocasión) resultó mejor de lo que esperaba, sino presenciar otras experiencias menos afortunadas que la mía, entre las cuales se encuentra el haber escuchado las palabras “es que estoy muy cansado” de boca de un músico quien así y sin más se negó a firmar el autógrafo a dos chavos que tuvieron a mal atreverse a pedirlo.

También me tocó escuchar historias de cómo gente se quedaba días y días afuera de un hotel para esperar un simple autógrafo y el “hola” de un músico, quien, a pesar de jurar que somos “su público favorito”, trato a algunos fans como moscas en su sopa y “se dignó” a firmar el autógrafo pero no mucho más.

Habrá gente, estoy segura, que pensará algo como: “se lo merecen, por tontos”. Sé que para muchos el pedir un autógrafo o “denigrarse” de cualquier manera frente a alguien que es, a final de cuentas “una persona normal” es absurdo. Pero para muchos de nosotros, que simplemente vivimos la música, amamos la música o somos adolescentes buscando alguien a quien admirar (yo no soy de estos últimos pero los entiendo), puede ser la diferencia entre una vida bien vivida y una sin experiencias que contarles a tus nietos.

El chiste es que todos estos sucesos de los últimos días me remitieron a ver, una vez más, “Almost Famous” y a reflexionar sobre el autógrafo, la foto, la admiración y todo lo que conlleva conocer a “tu artista favorito”. Y todo se combinó cuando, algunos días después, estaba botoneando en la televisión y me encontré en Eurochannel un programa de los Stereophonics. No me gustan demasiado, pero como apasionada de la música me gusta ver cuanto programa referente a mi pasión encuentro, así que le dejé (además no había nada en la tele, lo que es el colmo considerando lo que pagamos de cable en mi casa, pero en fin).

Durante el programa, el vocalista dijo una de las frases más atinadas que le he escuchado a cualquier artista o famoso. Dejando de lado el que pudo haber sido estrategia de marketing, creo que es una de las pocas veces en que he presenciado tal hecho: un músico que de hecho comprende lo que significa ser un fan. El baterista estaba hablando sobre los fans y diciendo que agradecía que la gente comprara los discos, ya que sabía que muchos ahorraban y trabajaban para poder hacerlo. Entonces el vocalista tomó la palabra y dijo, más o menos, lo siguiente:

“Algunas veces puedes tener un muy mal día, como cualquier persona, pero entonces llega un fan a pedirte un autógrafo o a querer platicar contigo. Tú puedes tener sólo un mal día pero para esta persona, es el mejor de la suya. Entonces, si tu, en tu mal día, los tratas mal, probablemente le estás arruinando el mejor día de su vida a esta persona”.

O algo así. Y me puse a pensar en lo cierto que es esto. Cuántas veces no hemos escuchado a gente defendiendo a los artistas al asegurar que “ellos también son humanos”o “como personas comunes y corrientes no les gusta ser molestados cuando comen” o “debe ser horrible que toda la vida te estén persiguiendo los fans”. Y sí, debe ser horrible, pero ¿no es esto parte de ser famoso? ¿estrella? ¿músico?. ¿De verdad prefieren a “amigos” “VIP´S” y “Managers” que a sus fanáticos, quienes no sólo se desviven por que todos escuchen a su artista favorito, sino que gastan dinero que bien podrían invertir en su universidad o la hipoteca en comprar un disco, en comprar los boletos de “hasta adelante”, en viajar miles de kilómetros o estar varias horas parado, esperando, un simple autógrafo, una foto, una sonrisa?

Que nadie los (nos) obliga, por supuesto que no. Y sí, los artistas son personas como nosotros y tienen días malos. Pero, algunas veces, me pongo a pensar en si ellos se darán cuenta de que, un día cualquiera cuando se cruzan con sus fans, aunque para ellos sea sólo “un penoso momento”, para los fans significa la mejor experiencia de su vida. Y supongo que a muchos se les olvida (aunque aseguren en entrevista que sí lo recuerdan) a quiénes le deben sus helicópteros, aviones, la guitarra Gibson de 10 mil dólares, el no tener que trabajar en un McDonalds.

La verdad es que un poco de agradecimiento no vendría nada mal….

Continuará…



Para descargar:

Me está costando encontrar canciones relacionadas con este tópico, así que tendré que hacer uso de mis extrañas correlaciones. Esta es una canción en vivo, que me gusta mucho y cuyo título podría definir lo que sentimos muchos sobre nuestro artista favorito: "You are the Light", Mr. Jens Lekman, en vivo.

Jens Lekman - You are the light

2 comentarios:

Claullitriche dijo...

...hola... estaba posteándole a un amigo sobre la definición de fan que me dejó la película "almost famous", y a partir de la cual soy una fan asumida...

...y buscando el texto que me hizo el click en la cinta , llegué a tu blog...

...me gustó mucho tu comentario, y la cita de ese artista reflexionando sobre hacer el día más feliz de su vida a alguien...; nada que hacer, los artistas que uno admira, tienen algo que nos maravilla y encanta -por algo uno los admira-; y esa "magia" es rico vivirla, en sus variadas formas (cazar un autógrafo, verlo de cerca, darle la mano, tener todos sus discos, ser una enciclopedia ambulante del artista, en fin)...

...gracias por el hallazgo, y nada, ¡viva la "adoración" de aquello que nos hace volar!, ¡viva el apasionarse!... saludos de otra amante de la música, y sus creadores...

Zu dijo...

saludos para ti también! Pues creo que ya somos dos las fans de "Almost Famous", es una película maravillosa en verdad. Y gracias por leer esto... sigamos apasionandonos.. ya que! jaja..